A
mamita regalé
un
bello ramo de flores,
con
margaritas y rosas,
un
girasol y pompones
y
un bello ave que vuela
con
hojas multicolores.
Que
alegría yo le vi
en
sus ojitos marrones,
casi
se cae de contenta
por
ese ramo de flores.
¡Hijo!
Hoy no cumplo años,
ni
es el día de mi santo,
ni
el de las madres tampoco,
por
qué te has gastado hoy
esos
tus buenos ahorros.
No
será tú cumpleaños,
ni
el día de tu santo,
ni
de las madres tampoco
pero
sé que tú las amas,
te
gustan todas sus formas
y
sus fastuosos colores,
y
como no te sonríes
desde
el día que mi padre
te
ha dejado triste y sola,
quise
colgar en tus ojos
la
sonrisa más hermosa
que
apague todo vestigio
de
tristezas y rencores.
Mathmer
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